Marino Vargas, de unos70 años, según versiones recogidas en el lugar, tomó la drástica decisión de quitarse la vida quemándose, por presunta depresión y problemas económicos.
A la víctima le sobreviven tres hijos, su cuerpo fue trasladado a Patología Forense de la ciudad de Santiago y se espera que en las próximas horas su cuerpo sea entregado a sus familiares.