17 octubre 2012

30 Niños, niñas y adolecentes han perdido la vida de manera violenta este año

                    

La pared pintada de verde, la que está justo al lado de la casa de la abuela de Angelita (nombre falso), ya no pasa desapercibida. Una noche cualquiera, hace casi cuatro meses, en ese lugar asesinaron a su hermana mayor.
Era viernes y a Indira Massiel Correa Feliz no la dejaron entrar a la escuela porque no andaba uniformada de manera correcta. Así que decidió marcharse con una amiga. En el trayecto sostuvo una pelea a puños y jalones con una jovencita de 15 años, quien supuestamente le tenía envidia.

Parecía una “disputa entre muchachas”, por eso nadie le prestó atención, ni siquiera Angelita, de 14 años. Pero vaya sorpresa. Esa noche, cuando estaba donde su abuela, Indira Masiel escuchó que alguien la llamaba insistentemente. Fue la última vez que salió con vida de aquella casa, ubicada en el barrio Maquiteria, de Santo Domingo Este.

Esa joven, la de la pelea, al parecer no estuvo satisfecha con el primer desenlace y acabó de una puñalada con sueños y aspiraciones de Indira Massiel, de tan sólo 16 años.

Al menos, en este caso, Angelita e Indira trataron de defenderse, pese a que no tuvieron éxito. O tal vez pudieron evitar la muerte, si lo hubiesen comunicado a tiempo a sus padres, como lamenta la madre de la víctima, María Elvira Feliz, de 42 años.

Sin embargo, Ángel Francisco Hernández Castillo no tuvo esa oportunidad. No pudo defenderse. Él tenía nueve meses cuando su madre, Ángela Elizabeth Castillo Olabarría, de 22 años, lo ahorcó y luego hizo lo mismo con ella misma, porque, según una nota que dejó antes de cometer el doble crimen, “no daba para más”.

Estos son sólo dos de los 30 asesinatos que han ocurrido en los diez meses que lleva el año, en los que niños, niñas y adolescentes han sido las víctimas, de acuerdo a un recuento que realizó LISTÍN DIARIO a partir de las informaciones que han sido publicadas en los medios de comunicación y en las notas de prensa de la Policía Nacional.

Pero seguro no son los únicos. Las razones y la forma en que ocurrieron esas 30 muertes son diversas. Para cometer los crímenes, los verdugos recurrieron a técnicas como la estrangulación, el ahorcamiento o utilizaron armas de fuego, cuchillos, piedras, bates y sustancias tóxicas, entre otros. El año pasado, la Procuraduría General de la República registró 128 homicidios de menores de 18 años. Pero no fue posible comprobar las circunstancias en las que ocurrieron.

Esto se debe a que al parecer en el país no se lleva un registro especializado, completo y detallado de todas las muertes violentas de menores de edad que ocurren en el país.

¿Inicio de una tendencia? La psicóloga especializada en terapia familiar, Olga María Renville, dice que se considera una tendencia latente de la conducta cuando el individuo tiende a guiar sus respuestas o estímulos por lo que los demás están haciendo.

Para el director del Departamento de Crímenes y Delitos Contra la Persona de la Fiscalía de Distrito Nacional, Dante Castillo, los asesinatos de menores de edad no es una tendencia.

Castillo explicó que hasta el momento son casos aislados y no masivos, como los feminicidios. Por esa razón, indicó que esos crímenes se trabajan jurídicamente como un homicidio normal y la pena será la correspondiente a cada situación: si un adulto cometió el crimen podría tener hasta 30 años de prisión y si se trata de un menor de edad, cinco años.

Con Castillo coincidió la procuradora general de Niños, Niñas y Adolescentes del Departamento Judicial de la provincia San Cristóbal, Celeste Reyes Lara, quien dijo a LISTÍN DIARIO, que sin hacer un estudio detallado, con estadísticas exactas o aproximadas de la cantidad de menores de edad que han perdido la vida en estos últimos años, comparándolo con otros años, no se puede hablar de tendencia, aunque advirtió que no tiene conocimiento de si alguna institución le está dando seguimiento a esta situación como un problema social en el país.

“Los controles existentes son los controles que se tienen para cualquier asesinato, el que viola la ley y mata a un menor de edad es sometido y juzgado de acuerdo a la ley penal”, subrayó.

No obstante, Alberto Padilla, gerente de políticas del Consejo Nacional para Niñez y la Adolescencia (Conani), cree que los asesinatos de menores de edad sí podrían convertirse en una tendencia.

Señaló que los niños, las mujeres y los ancianos son los sectores más vulnerables de la sociedad cuando se habla de situaciones de peligro o riesgo de la vida humana.

“Los niños y niñas, por su condición, pueden estar recibiendo una violencia subrayada o en mayúscula”, agregó Padilla.

Identificación del problema
La asesora nacional de protección de los derechos de la niñez de PlanRD, Pilar Airispe, dijo que la institución está preocupada por la situación.

Explicó que de acuerdo a los resultados de las investigaciones que han realizado en algunos lugares del sur del país, donde tienen su accionar, han notado ciertas variables que han motivado la violencia infantil.

Entre ellas mencionó el desconocimiento, pues muchos padres no saben reconocer cuándo a su hijo lo están violentando o cuándo podría incurrir en una situación peligrosa; la desconfianza que sienten los familiares de las víctimas a la hora de presentar los casos ante las autoridades; el descuido, y hasta arreglos que se producen entre familiares y agresores que motivan a que el caso no sea tratado ante un personal calificado.

En el caso de Indira Massiel, su madre admitió que desconocía el peligro en el que se encontraba su hija y por eso no pudo actuar a tiempo para evitar que fuera asesinada. El 30 de este mes se conocerá el juicio de fondo, en el que también está involucrado el hermano de la joven homicida, también menor de edad. Él está acusado de ser la persona que le pasó el arma.

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MANEJO DE LOS CASOS
PSICÓLOGA
Olga María Renville apuesta a la prevención como la mejor solución para erradicar este tipo de violencia. Dijo que si no se implementa un sistema educativo en el que la persona aprenda a manejar sus emociones desde niño, esto seguirá reproduciéndose.

En cuanto a medidas correctivas, indicó que debe haber un sistema de reformatorio, antes de hablar de penas más drásticas contra los menores. “¿Qué va a pasar cuando un menor sea recluido en un lugar y no haya un sistema de reforma para esa conducta de forma apropiada? Va a incrementar esa ira, y esa personalidad se va a terminar de formar en un adulto violento y mucho más agresivo”, expresó.

Renville recomienda que a la hora de trabajar cada caso se analice qué hubo detrás de cada crimen, conocer los antecedentes y la historia de cada uno de los involucrados. También sugirió que se creen más espacios en donde los jóvenes puedan pasar el tiempo mientras sus padres trabajan, y ser educados al mismo tiempo.
FUENTE:WWW.LISTINDIARIO.COM

 
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