29 noviembre 2010

Niños corren entre filosas piedras para que les den cinco pesos

                    
Aparecen de repente en el borde de la carretera y mueven sus manos como los abanicos de las señoras del Teatro Nacional. Si el vehículo no se detiene lo persiguen como locos, extendiendo sus manos como desesperados, y saltando con los pies descalzos sobre las rocas, las piedras filosas, los abrojos y las espinas que bordean el camino. Cualquier otra persona se cortaría sus extremidades inferiores con las lajas rocosas que caen de los cerros.
Son los niños haitianos de la frontera, que conviven en chozas de lodo, sin zapatos, ropas y ni siquiera tienen nombre. No han visto jamás un juguete, ni saben que existen médicos, ni la luz eléctrica, ni los grifos de las bañeras, ni nada de baños saunas, turcos o simplemente echarse agua para frotarse jabón.Leer mas.....!

 
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