Los dominicanos se preparan para recibir esta noche el nuevo año 2011. De diferentes formas pero todas, apostando a lo que aún no se ha perdido: las tradiciones.
Fuegos artificiales, suculentos platos y reuniones familiares a la espera del “cañonazo”.
Los afanes para preparar la cena de año nuevo es desde ayer la preocupación de un alto porcentaje de familias dominicanas, aunque es un menú con menos variedad que el de Nochebuena, pero muy cargado de alegría y a la espera de un año de prosperidad.
Los recursos, pocos o muchos, no son determinantes, sino el apego a las tradiciones.
Un ejemplo es Freddy Manuel Pérez, quien con pocas cosas materiales guarda una tradición que ama. Un poco de arroz, espaguetis y pollo horneado componen la cena de sus familiares.
“Pese a la mala situación económica que vive el país, los días 24 y 31 de diciembre de cada año hacemos esta cena con el objetivo de afianzar los lazos familiares”, explicó.
Pérez, quien vive hace 20 años en el sector Villa Francisca de la capital. Explicó que continúa trabajando como zapatero hasta la tarde de hoy, pues “las celebraciones son en horas de la noche y hay que cumplir con los compromisos”.
En familia
Precisó que cuando suena el cañonazo a las 12:00 de la noche llama por teléfono a sus familiares en el extranjero y sale a felicitar a sus vecinos.
Mientras Altagracia Florián, quien estaba junto a sus tres hijos a la espera de salir hacia Vallejuelo de la provincia San Juan de la Maguana, se reunirá con sus doce hermanos y decenas de sobrinos en casa de su madre.
Explicó que es costumbre hacer alguna actividad en la fecha, como irse al río, cabalgar y preparar una cena igual a la de Nochebuena.
“Esta cena es más especial porque estamos toda la familia unida”, agregó. En tanto que, Plutarco Rosario, oriundo de Elías Piña, donde reside, llegó a Santo Domingo hace unos días pero ayer viajaría a su pueblo con parte de su familia.
“Es un día único en el año, donde se hornea cerdo, pollo y se improvisan actividades entre la familia, acompañado de unos cuantos fuegos artificiales”, expresó.
Las paradas
Los pueblos del interior son abarrotados por amigos y familiares que buscan unos días de unión y regocijo.
En la parada hacia La Romana, el flujo de pasajeros hasta la mañana de ayer era lento, pero la expectativa era de que aumente hoy viernes.
Manuel Brito, encargado de despacho de la ruta, dijo que aproximadamente 300 pasajeros son transportados hacia la región Este en estos días. En la parada de Higu¨ey tampoco se apreció el flujo de personas característico de estos días festivos, pero los choferes guardan la esperanza de que hoy se incremente.
En la parada hacia la región Sur fue donde se percibió un mayor número de viajeros. El Cercado, Elías Piña y San Juan de la Maguana eran los destinos más concurridos. En la parada hacia el Cibao, los choferes aseguraron que “el día bueno es hoy”.
Fuegos artificiales, suculentos platos y reuniones familiares a la espera del “cañonazo”.
Los afanes para preparar la cena de año nuevo es desde ayer la preocupación de un alto porcentaje de familias dominicanas, aunque es un menú con menos variedad que el de Nochebuena, pero muy cargado de alegría y a la espera de un año de prosperidad.
Los recursos, pocos o muchos, no son determinantes, sino el apego a las tradiciones.
Un ejemplo es Freddy Manuel Pérez, quien con pocas cosas materiales guarda una tradición que ama. Un poco de arroz, espaguetis y pollo horneado componen la cena de sus familiares.
“Pese a la mala situación económica que vive el país, los días 24 y 31 de diciembre de cada año hacemos esta cena con el objetivo de afianzar los lazos familiares”, explicó.
Pérez, quien vive hace 20 años en el sector Villa Francisca de la capital. Explicó que continúa trabajando como zapatero hasta la tarde de hoy, pues “las celebraciones son en horas de la noche y hay que cumplir con los compromisos”.
En familia
Precisó que cuando suena el cañonazo a las 12:00 de la noche llama por teléfono a sus familiares en el extranjero y sale a felicitar a sus vecinos.
Mientras Altagracia Florián, quien estaba junto a sus tres hijos a la espera de salir hacia Vallejuelo de la provincia San Juan de la Maguana, se reunirá con sus doce hermanos y decenas de sobrinos en casa de su madre.
Explicó que es costumbre hacer alguna actividad en la fecha, como irse al río, cabalgar y preparar una cena igual a la de Nochebuena.
“Esta cena es más especial porque estamos toda la familia unida”, agregó. En tanto que, Plutarco Rosario, oriundo de Elías Piña, donde reside, llegó a Santo Domingo hace unos días pero ayer viajaría a su pueblo con parte de su familia.
“Es un día único en el año, donde se hornea cerdo, pollo y se improvisan actividades entre la familia, acompañado de unos cuantos fuegos artificiales”, expresó.
Las paradas
Los pueblos del interior son abarrotados por amigos y familiares que buscan unos días de unión y regocijo.
En la parada hacia La Romana, el flujo de pasajeros hasta la mañana de ayer era lento, pero la expectativa era de que aumente hoy viernes.
Manuel Brito, encargado de despacho de la ruta, dijo que aproximadamente 300 pasajeros son transportados hacia la región Este en estos días. En la parada de Higu¨ey tampoco se apreció el flujo de personas característico de estos días festivos, pero los choferes guardan la esperanza de que hoy se incremente.
En la parada hacia la región Sur fue donde se percibió un mayor número de viajeros. El Cercado, Elías Piña y San Juan de la Maguana eran los destinos más concurridos. En la parada hacia el Cibao, los choferes aseguraron que “el día bueno es hoy”.