El jugador de baloncesto Shaquille O'Neal lo jura, que la pulsera de Power Balance le da una ventaja competitiva en la cancha, que no es ningún truco, que es real.
De su parte las autoridades australianas afirman que la empresa que produce estas pulseras muy populares no tienen ninguna prueba científica para afirmar que mejoran el balance, la fortaleza y la flexibilidad.
La empresa escribió: "Reconocemos que no hay ninguna prueba científica creíble que respalde nuestras afirmaciones", e incluso acordó devolverle su dinero a sus clientes que consideraran que fueron engañados. El reconocimiento de la empresa, sin embargo, se difundió por todo el mundo desde que alcanzó un acuerdo con la comisión de Consumo y de Competencia comercial de Australia el 22 de diciembre.
Los críticos fustigaron a la empresa a través del portal de los mensajes electrónicos Twitter y contra aquellos que creyeron en el poder de sus pulseras.
La empresa respondió con una serie de mensajes propios, en los que reiteró el uso de la palabra "reconoce".
En uno de ellos, afirmó que: "¡Power Balance reconoce que se han utilizado estas pulseras durante la última Serie Mundial, la Serie final de la NBA y por los campeones del Super Bowl!".
Sus simpatizantes insisten en que las pulseras les han ayudado a mejorar su desempeño.
"Nuestros entrenadores pueden jurarlo", dijo el alero de los Suns de Phoenix, Jared Dudley, en un mensaje que trasmitió en su página de Twitter.