Si intenta aprender una nueva palabra, consúltela con la almohada,
sugiere un estudio reciente. Investigadores enseñaron a voluntarios
nuevas palabras en la noche, y evaluaron su recuerdo de las palabras de
inmediato.
Los voluntarios durmieron en el laboratorio mientras se registraba
su actividad cerebral. Las pruebas llevadas a cabo a la mañana siguiente
mostraron que los participantes podían recordar y reconocer más
palabras. Esta mejora no se observó en otro grupo de participantes que
aprendieron nuevas palabras y fueron evaluados en la mañana, y
reevaluados de noche, sin dormir entre las pruebas.
Los
investigadores también encontraron que un tipo de actividad cerebral
llamada husos de sueño desempeñó un papel en la capacidad de recordar
nuevas palabras.
Los husos son descargas que indican la
transferencia de información en dos áreas distintas de almacenaje de
memoria: hipocampo y la neocorteza.