¡Cuidado con las calorías ocultas en las bebidas!

Las bebidas que acompañan tus comidas pueden aportarte más calorías y hacerte subir más de peso que una hamburguesa o papas fritas.
Según estudios, las calorías que se encuentran en las bebidas actuales son más del doble que hace 30 años y 23% del consumo diario viene de lo que tomamos.
 No solo eres lo que comes, sino también lo que bebes. Las bebidas alcohólicas son líquidos, pero engordan.
El alcohol, por ejemplo, es muy energético, y por tanto aporta muchas calorías (1 gramo de alcohol contiene alrededor de siete calorías). Además, la mayoría de las bebidas alcohólicas contienen azúcar y más aun si las mezclamos con refrescos o jugos.
La peor desventaja de las bebidas alcohólicas es que sus calorías no son provechosas ni utilizadas por el organismo.
Las calorías del alcohol son “calorías vacías” porque no aportan nada al organismo: ni vitaminas, ni minerales, ningún nutriente en sentido general. Por lo tanto, si quieres hacer una dieta para adelgazar o simplemente para cuidar tu peso, reduce o elimina las bebidas alcohólicas.
Obviamente el agua es la bebida por excelencia, debido a los múltiples beneficios que aporta al organismo.
El agua carbonatada puede calmar el ansia de comer  algo dulce y es mejor que la gaseosa.
Jugo de frutas
Un vaso de zumo de fruta 100% recién exprimido de vez en cuando está bien. Si tienes que reducir las calorías, añade un poco de zumo a un vaso de agua con gas en lugar de tomar un vaso entero de zumo.
Leche
Los estudios demuestran que la leche desnatada o semi ayuda a perder peso y mantenerlo, además de ser una excelente fuente de calcio y proteínas. Se recomiendan 2 o 3 vasos diarios como parte de una dieta equilibrada.
Zumo de tomate: (o cualquier otro jugo de vegetales)
Tiene menos calorías que los de frutas. Además, es una fuente importante de licopeno, un potente antioxidante que protege de muchas enfermedades.
Manos a la obra
La rutina
Paso 1
Ejercita tu abdomen adecuadamente. La caja abdominal es un grupo músculo-esquel
De pie, posición con tu espalda recta  y las rodillas con una ligera flexión. Toma una mancuerna en cada mano y estas con una apertura parecida a la de los hombros.  Flexiona los codos, llevando las mancuernas hacia los hombros, sin mover los codos de su sitio.  Durante la flexión, contrae tus glúteos y  abdominales para no mover el tronco. Inhala y realiza el movimiento, exhala al terminar.
Paso 2
Termina el ejercicio con una flexión completa del codo, procurando siempre no mover el tronco ni las piernas, manteniendo siempre una ligera flexión de rodillas. Repite desde el movimiento inicial, tres series de 12 a 15 repeticiones.

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