25 febrero 2011

Plaza La Trinitaria ha sido tomada por la delincuencia

                    
Acostado boca arriba descansa bajo la sombra que le proporciona el monumento patriótico. Intenta dormir su siesta utilizando dos cartones como colchón, mientras deja al descubierto las plantas de sus pies, que reflejan todo lo que ha caminado en los últimos días y la falta de calzado.
Él, con ropa gastada y maloliente, se ha convertido en el “guardián” de la plazoleta que un día se construyó para honrar a la sociedad secreta La Trinitaria, pero que ahora es usada para atracar y para el consumo de estupefacientes. Ante la falta de vigilancia, este joven se encarga de “cuidar” este monumento patrio.

El olor en el ambiente es nauseabundo, y los laterales de la plazoleta están adornados por prendas de vestir que el sucio ha teñido de negro. Al pie de la plaza un refugio ha sido improvisado, justo debajo de los escalones. Varios pedazos de cartón hacen la función de cortinas, y en su interior se encuentran todo tipo de desechos.
Esta es la bienvenida que oferta la capital primada de América a los visitantes que ingresan por el municipio Santo Domingo Este, de la provincia de Santo Domingo. La plazoleta La Trinitaria está ubicada en la avenida Josefa Brea, esquina 27 de Febrero, en la cabecera de los puentes Juan Pablo Duarte y Juan Bosch.
Las quejas
Comerciantes y transeúntes del lugar manifiestan su inconformidad por el descuido que presenta la “plaza de la fuente”, como también es conocida. Las críticas se producen por la falta de alumbrado eléctrico, la nulidad de la seguridad, y porque el lugar se ha convertido en el hogar de los “palomos huelecemento”, según Víctor Ramírez.

Los transeúntes se quejan porque la plaza es utilizada como guarida por los delincuentes. “Desde que oscurece, esta zona se convierte en intransitable, nadie se atreve a pasar por aquí”, precisó una persona que declinó identificarse.
“Los palomos no son tan problemáticos, porque ellos solo queman su droga, y también alambres, los peligrosos son los atracadores, que toman la plaza como refugio para atracar”, dijo Rudy de los Santos, quien pasaba por la zona.
Mientras, Ramón García, quien se desempeña como vendedor de dulces en la zona, comentó que el descuido se inició a finales del gobierno del doctor Joaquín Balaguer, y recuerda con beneplácito que “esta plaza era una cosa bella, había una fuente de agua muy bonita, pero todo esto ha desaparecido lamentablemente”.
La pasada semana se reportó un incendio en el interior de la plaza, que según vecinos del lugar, fue iniciado por los “habitantes” de la plazoleta, quienes son recurrentes en este tipo de hechos.
Inseguridad
La situación de inseguridad ha provocado que después de la siete de la noche no transiten personas a pie por la zona, afectando esto a los establecimientos comerciales de los alrededores, los que se han visto en la necesidad de cerrar más temprano por la falta de clientes y para evitar ser asaltados.

De igual forma, los choferes del concho y taxistas del lugar se unen a las críticas sobre las condiciones del entorno, indicando que han visto cómo su negocio se reduce cada día más, porque los pasajeros no están dispuestos a abordar sus vehículos en esa zona.
“En esta plaza había un personal de seguridad que se encargaba de velar por el bienestar de la plaza y de sus visitantes. La plaza tenía una fuente muy bien cuidada, que deslumbraba a todo transeúnte. Ese tipo de cosas motivaban a que los residentes de zonas cercanas vinieran con sus familias, ahora solo es frecuentado por vagos y delincuentes”, dijo una persona que pidio reserva de su nombre.
Los problemas en la plaza han ido aumentando en frecuencia y gravedad, por lo que los lugareños piden que la estructura sea intervenida lo antes posible. Este tipo de situaciones sólo contribuyen a que las personas la consideren una zona de alta criminalidad, antes que el monumento que honra a los hombres que lucharon por la Independencia Nacional.

 
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