13 octubre 2011

Prohíben a los 'indignados' de Wall Street seguir en Zuccotti Park

                    
El parque Zuccotti es una plazoleta arbolada del sur de Manhattan entre la avenida Broadway y Trinity Place. Aquí almorzaban los empleados de las oficinas en los días soleados y cogían aire los turistas en el peregrinaje entre el boquete de la Zona Cero y el toro salvaje de Wall Street. Pero todo cambió a mediados de septiembre, cuando los 'indignados' neoyorquinos acamparon en el parque para protestar.

Se trataba de ocupar Wall Street. O al menos eso decían sus líderes,inspirados por el ejemplo de la Puerta del Sol o la Plaza Tahrir. Pero Wall Street permanece blindado por la Policía, que todavía hoy mantiene una doble barrera de acero que restringe el paso, entorpece los desplazamientos y reduce la facturación de los negocios de la zona.
Al ver Wall Street fuera de su alcance, los 'indignados' se instalaron en el parque Zuccotti. Un lugar pequeño, pero bien situado que les permitía decir que habían ocupado una parcela del distrito financiero de Nueva York. El parque es propiedad de la empresa Brookfield Properties, pero está abierto al público. Un status jurídico que ha mantenido a los acampados a salvo de cualquier intervención policial.
El limbo se ha evaporado en las últimas horas por la intervención de Richard B. Clark, consejero delegado de la empresa propietaria, que ha enviado una carta a la policía de Nueva York.
Clark expresa su preocupación por el deterioro del parque y explica quees necesario desalojarlo para limpiar. Acusa a los acampados de “quebrantar varias leyes”, “hacer ruido día y noche”, “beber”, “usar drogas” y “meterse mano”.
Según Clark, una mujer ha enviado una carta a la empresa diciendo que un grupo de acampados la insultaron y le robaron un paquete delante de su hijo de cinco años. También explica que la acumulación de basura empieza a atraer a las ratas, que los generadores de gasolina podrían provocar una desgracia y que los vecinos se quejan de “los malos olores” de los “indignados”.
En condiciones normales, Brookfield Properties limpia el parque Zuccottitodas las noches con mangueras y barrenderos. Pero desde mediados de septiembre no ha podido acceder a la propiedad. Por eso su responsable solicita la ayuda de la policía para el desalojo y asegura que después de la limpieza los indignados no podrán instalar sus lonas ni sus sacos de dormir.
La protesta viola la ley, viola las normas del parque, le quita a la comunidad el derecho a disfrutar del parque y crea problemas de salud y de seguridad”, explica Clark en su carta.
El desalojo arrancará en torno a las 7 de la mañana según la hora de Nueva York: en torno a la una de la tarde en la Península. El alcalde Michael Bloomberg se acercó el miércoles para advertir en persona a los acampados y el jefe la policía, Raymond W. Kelly, confirmó que sus agentes ayudarían en la operación.
Los acampados pueden volver cuando termine la limpieza, pero deben cumplir las normas del parque”, explicó ayer un portavoz del alcalde, “nosotros defendemos la libertad de expresión, pero ese derecho no incluye la capacidad de infringir los derechos de otras personas y por eso haremos cumplir las normas del parque”.
Los “indignados” perciben la limpieza del viernes como un intento de desalojarlos y este jueves han anunciado que se resistirán a cualquier intento de terminar con la ocupación. Una mujer propuso escotar para sustituir los crisantemos pisoteados y algunos se armaron con escobas y bolsas para adecentar el lugar.
Pero no parece que sus esfuerzos vayan a detener a los propietarios y todo apunta a que la del viernes será una madrugada tumultuosa en el parque Zuccotti. Grupos de izquierdas como 'MoveOn' y otros próximos a los demócratas como 'Democracy for America' llamaban ayer a sus miembros a concentrarse en el parque en torno a las seis de la mañana para evitar el desalojo y denunciaban lo que consideran un atentado contra la libertad.
Los propietarios de los negocios de la zona harán votos porque el desalojo se produzca. Algunos se han quejado de que los 'indignados' les ensucian los baños y reducen su facturación.

 
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