Dos ingredientes perjudican el turismo de cruceros y el ecoturismo
que se desarrolla en esta región: La primera es la incursión de
“piratas”, estafadores y timadores que venden falsas excursiones y, la
segunda, el trabajo infantil, agravado por la ausencia de los menores
de las escuelas para ganar dinero en actividades turísticas.
Como complemento, propietarios de lanchas y de barcos sin permiso y
sin licencias incursionan en el transporte marítimo de turistas. Esta
última situación ocurre frecuentemente en la época de observación de
ballenas, de enero a marzo.Leer mas.....!