Moradores de Mendoza, en Santo Domingo Este, denunciaron que oficiales de Migración apresaron y deportaron en los últimos días a varios dominicanos a los que confundieron con haitianos ilegales.
Dijeron que decenas de haitianos y sus hijos han sido apresados por miembros de la Dirección General de Migración que han desatado una especie de cacería.
Aseguraron que los apresamientos han sido realizados en Mendoza, Villa Faro, Los Cocos, La Toronja, La Grúa, Villa Faro, Mandinga y otros barrios pobres de la zona Este de Santo Domingo.
Explicaron que los funcionarios de Migración se desplazan en un autobús con rejas similar al que utiliza la Procuraduría General de la República para transportar a los reclusos.
Dijeron que los haitianos son introducidos a la fuerza en el autobús que los traslada a un lugar aún no precisado de donde son llevados a la frontera.
También se quejaron por el apresamiento de menores de edad haitianos que venden maní, dulces, aguacates, guineos y otras frutas, así como jugos de caña y de naranjas.
Jean Baptiste Arcelin, pastor evangélico haitiano residente en Los Cocos, calificó como atropellante el método usado por las autoridades dominicanas para apresar y repatriar a los inmigrantes.
Arcelin, quien es residente legal, dijo que a los haitianos no les permiten conversar con sus familiares o con otros compatriotas, además de que los despojan de dinero, teléfonos celulares, mercancías, motocicletas y cualquier objeto de valor.
Manifestó que las autoridades dominicanas tienen todo el derecho a no permitir en su territorio a cualquier extranjero, pero dijo que los apresamientos y deportaciones deben realizarse respetando la integridad del ser humano.
Aseguró que los haitianos que vienen al país ilegalmente sólo buscan tener un lugar donde vivir.
Dijeron que decenas de haitianos y sus hijos han sido apresados por miembros de la Dirección General de Migración que han desatado una especie de cacería.
Aseguraron que los apresamientos han sido realizados en Mendoza, Villa Faro, Los Cocos, La Toronja, La Grúa, Villa Faro, Mandinga y otros barrios pobres de la zona Este de Santo Domingo.
Explicaron que los funcionarios de Migración se desplazan en un autobús con rejas similar al que utiliza la Procuraduría General de la República para transportar a los reclusos.
Dijeron que los haitianos son introducidos a la fuerza en el autobús que los traslada a un lugar aún no precisado de donde son llevados a la frontera.
También se quejaron por el apresamiento de menores de edad haitianos que venden maní, dulces, aguacates, guineos y otras frutas, así como jugos de caña y de naranjas.
Jean Baptiste Arcelin, pastor evangélico haitiano residente en Los Cocos, calificó como atropellante el método usado por las autoridades dominicanas para apresar y repatriar a los inmigrantes.
Arcelin, quien es residente legal, dijo que a los haitianos no les permiten conversar con sus familiares o con otros compatriotas, además de que los despojan de dinero, teléfonos celulares, mercancías, motocicletas y cualquier objeto de valor.
Manifestó que las autoridades dominicanas tienen todo el derecho a no permitir en su territorio a cualquier extranjero, pero dijo que los apresamientos y deportaciones deben realizarse respetando la integridad del ser humano.
Aseguró que los haitianos que vienen al país ilegalmente sólo buscan tener un lugar donde vivir.