08 diciembre 2010

Muchas dominicanas enfrentan el reto de ser madre y estudiante

                    
Con uniforme y mochila, embarazadas o con un niño de la mano, una gran cantidad de  jóvenes y adolescentes acuden a las escuelas en horario nocturno.
Cifras oficiales arrojan que el 20% de las chicas entre 12 y 19 años son madres o están grávidas, muchas  se ven en la necesidad de  llevar consigo a sus hijos a los planteles cuando no tienen quien los cuide. Otras abandonan las aulas por esa razón.
El programa de educación nocturna establecido por el ministerio de Educación, está diseñado para estudiantes en sobreedad, o sea, para personas que tienen dos cursos por debajo, con relación a su edad.


Pero están también las alumnas  que cursaban estudios en tandas vespertinas o matutinas y que aunque tienen la edad adecuada para estar en esos horarios, se embarazan y son enviadas a clases nocturnas.

Esta realidad es constatada en escuelas como la República de Haití, República de Paraguay, en el Distrito Nacional, la República de Guyana, en Boca Chica y  la escuela Capitán Piloto Vallejo Sosa, en San Isidro, Santo Domingo Este, la Manuel Emilio Jiménez, en Los Alcarrizos, y en muchas otras.

Mariel Rodríguez con  20 años, estudiante de la escuela Republica de Haití, tiene una niña de tres que de vez en cuando lleva  consigo a clases.

"Yo siempre la dejó con mi mamá, pero cuando ella no me la puede atender, la traigo para la escuela, la siento en una butaca y la pongo a jugar o a pintar",  narra.

En una situación parecida se encuentra Julia Gómez que tiene 19 años, un hijo de  dos y mucho deseo de superación.

Lleva el niño al aula, en la que permanece desde las 6: 00 de la tarde hasta las 9: 00 de la noche. Sus compañeros la definen como una estudiante esforzada y ejemplar.

Para estas jóvenes mujeres, el interés por educarse y progresar es más fuerte que cualquier adversidad, como el caso de una estudiante que en la puerta de la escuela y en presencia de su hijo, forcejeaba con su esposo que le reclamaba por no quedarse en el hogar  al cuidado de sus vástagos.

La profesora Odalis Mejía, de la  escuela República de Guyana, modalidad adulto, dice que en muchos casos los avances de esas alumnas no son muy notorios, porque tienen demasiadas responsabilidades y a veces hasta problemas de autoestima.

Preñez y deserción

La segunda causa de deserción entre las adolescentes en las escuelas, es el embarazo.

Eliannis Adón, con 16 años, madre de un pequeño de ocho meses, dejó las aulas porque se avergonzaba de que las maestras y sus compañeros la juzgaran por su preñez. No asiste a docencia, pero va con su criatura al trabajo.

Jahaira Martínez de 15 años, abandonó  la escuela hace dos años, está en su segundo embarazo, el primero lo perdió a causa de una deficiencia hormonal, vive en casa de sus padres, quienes desconocen la identidad del  progenitor de la “barriga”.

Embarazarse, además de representar un riesgo para su salud, también lo es para el crecimiento y el desarrollo de esas chicas en la sociedad, ya que en ocasiones hasta son expulsadas de las escuelas.

El encargado de Educación de Profamilia, Fernando de la Rosa expresa que la alta incidencia de embarazo en adolescentes se debe a la carencia de información sexual.

"La consecuencia del embarazo no planificado no está en la presencia de adolescentes embarazadas en las escuelas. Lo gravísimo es sacarlas de las escuelas y estigmatizarlas cuando obviamente se encuentra en un estado de limbo".

De la Rosa también dijo que los estudios han demostrado que no existe la posibilidad de que la presencia de una joven embarazada en un aula afecte el comportamiento de las demás.

Con el fin de evitar que esta problemática siga, el ministerio de La Mujer lanzó una campaña, que busca apoyar a los estudiantes en la prevención de embarazos y ampliar el acceso a servicios de salud.

 
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