14 febrero 2011

Cinco enfermos terminales esperan la muerte en la cárcel Najayo-Hombres

                    
Cinco reclusos con enfermedades terminales se encuentran viviendo sus últimos días aislados en el área médica de la cárcel de Najayo-Hombres, en medio de todas las precariedades del sistema y a la espera de que una decisión judicial les   permita  morir en sus domicilios.
Zoilo Canario, de 67 años de edad; Elpidio Arias, de 40; y Francisco Guzmán, de 30, están en la etapa final de   la tubercolusis pulmonar. Mientras que  Freddy Antonio Abreu, de 53 años, sufrió un derrame cerebral que lo ha dejado postrado sin movilidad en casi la totalidad de su cuerpo, por lo que tiene que valerse de otros para hacer sus necesidades fisiológicas.
Junto a ellos está Celestino Manzueta, de 20 años, quien fue diagnosticado con esquizofrenia y pasa los días esposado. Pidió la libertad para ser llevado a tratamiento en su domicilio, pero esta le  fue negada.
Con los pocos medicamentos que tienen a mano, los médicos y enfermeras  que atienden a los reclusos enfermos tratan de mantenerlos de la mejor  manera posible  pero dependen de lo que les donen, porque no siempre las familias de los presos que llegan a las etapas terminales se ocupan de llevarles las cosas que necesitan.
Quejas. Los familiares  que dan seguimiento a sus parientes enfermos dicen que deben llevarles todo cuanto usan, porque en el penal no les dan nada.
 “A mi tío hay que ponerle pampers, comprarle medicinas, comida, todo y además hay que estar pagando pasaje para venir todos los días”, expresó Gisela Marte.
Mientras que Luciana Santiago, madre del joven esquizofrénico, dice que su hijo lleva 20 días esposado por las crisis que hace y no ha sido favorecido con la libertad, a pesar de los diagnósticos que tiene tanto de médicos del penal como de fuera de allí.
Otros que también expresaron su queja fueron los hermanos de Freddy Abreu. Dicen que su familiar está en las últimas y fue favorecido con una fianza de RD$80 mil pesos que no han podido pagar porque han tenido que costear su tratamiento médico hasta donde han podido y nunca sabrían de dónde sacar para juntar esa cantidad de dinero.
Precisamente bajo la cama de este recluso habían recipientes con sus heces y orina porque no puede pararse. Aunque no está aislado, como los enfermos de tuberculosis, la condición de deterioro de Abreu es avanzada, porque con frecuencia se le presentan afecciones en la piel.
Se queja de que le da comezón en todo el cuerpo y no puede rascarse porque simplemente no puede mover sus manos.
Derechos Humanos. Sobre la situación de esos reclusos, el Comité de los Derechos Humanos ha expresado su queja y critica el hecho de que los jueces no se sensibilicen ante la situación porque se trata de presos que aunque están acusados y condenados por delitos, ya están en la última fase de su vida.  Manuel María Mercedes dijo que trabajan en procura de que esos reclusos sean favorecidos con la libertad para que vayan a terminar sus días en sus viviendas.
 Explicó que situaciones como la de Najayo-Hombres se puede observar en otros recintos penitenciarios del modelo tradicional porque en el nuevo modelo penitenciario las condiciones son distintas y se respeta el derecho a la dignidad de los internos.

 
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